El phishing ético es una práctica utilizada por profesionales de la seguridad informática para evaluar la susceptibilidad de una organización a los ataques de phishing. A través de simulaciones controladas y realistas de ataques de phishing, sin intenciones maliciosas, los expertos en seguridad intentan engañar a los empleados y obtener acceso a sistemas o información sensible, replicando las tácticas y técnicas usadas por los ciberdelincuentes. El objetivo principal de este enfoque es identificar vulnerabilidades, evaluar la efectividad de las políticas de seguridad existentes y mejorar la conciencia y educación de los empleados sobre los riesgos de seguridad. La importancia del phishing ético radica en su capacidad para proporcionar una visión práctica de cómo un ataque real podría suceder, permitiendo a las organizaciones fortalecer sus defensas contra futuros ataques de phishing, reduciendo así significativamente el riesgo de brechas de seguridad y la pérdida de datos sensibles.